No es un soldado viejo; es un viejo soldado
de la veta más pura del guerrero español;
es un grito de raza; es un valor sellado
con el cuño legítimo de la tierra del sol.
Sacudieron su hombros, el peso de los años,
como sacude fiero su melena el león ...
Y al ver su Patria presa de traidores engaños,
dió sus brazos a España y a Dios su corazón.
No has muerto, viejo bravo: ¡aún es tu brazo fuerte!
Siempre nace a la gloria quien encuentra la muerte
caminando, altanero, de una ideal en pos....
¡Venciste, buen soldado! Bien merece tu hazaña
que lleves por sudario la bandera de España
y por suprema gloria la posesión del Dios.
Jose María Chacel Aguinaga