Los demandó el honor y obedecieron

Los demandó el honor y obedecieron,
los requirió el Deber y lo acataron,
con su sangre la empresa rubricaron,
con su arrojo la Patria redimieron.

Fueron grandes y fuertes, porque fueron
fieles al juramento que empeñaron.
Por eso como púgiles lucharon,
por eso como mártires murieron.

Inmolarse por Dios fue su destino,
salvar a España su pasión entera,
servir al Rey su vocación y sino.

¡No supieron querer otra Bandera!
¡No supieron andar otro camino!
¡No supieron morir de otra manera!.

Martín Garrido Hernando