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Dios salve a España

publicado a la‎(s)‎ 21 nov 2011, 12:15 por Tradición Viva   [ actualizado el 21 nov 2011, 12:19 ]


José Miguel Orts Timoner

Las encuestas han dejado paso a los votos: mayoría absoluta para el PP. ¿Qué transcendencia tendrá el relevo de partidos para España? El cambio de color dominante, por sí solo, no modificará las dimensiones de la crisis. El vuelco electoral, en principio, tendrá previsiblemente un efecto tranquilizador momentáneo: un rejón de castigo por todo lo alto al equipo administrador del desastre y la seguridad de que resultará difícil hacerlo peor. Si los superpoderes que teledirigen la economía apoyan a Rajoy, éste habrá de mostrarse capaz de encarnar la figura del "cirujano de hierro" diseñada por Joaquín Costa. Los electores que le han confiado el timón de la nave habrán de mantenerle en el puente de mando a pesar de seguras medidas de difícil digestión. Ignoramos las contraprestaciones que se le exigirá a cambio de su respaldo.

El líder del PP es hombre con perfil prudente, tirando a tímido, pulcro, frío y distante. Su programa electoral es lo suficiente ambiguo para que nadie se llame a engaño a la hora de evaluar el nivel cumplimiento de sus compromisos. Los puntos flacos de que adolece se ubican en el terreno de los valores: nunca se opuso frontalmente a los "avances" revolucionarios de sus predecesores. Tampoco parece dispuesto a extirpar tumores congénitos del Régimen. Todo lo más que se puede esperar de él en este sentido es consultable en la primera edición de su experiencia como colaborador de Aznar. Entre un socialista y un liberal no hay diferencias sustanciales de ADN. Tienen en común un montón de filias y de fobias. De ahí los reparos morales del voto a unos y a otros para la gente de conciencia católica, a pesar del pragmatismo del mal menor.

Aun así, las urnas han hablado. Ahora le toca al PP dar la talla. Y a los desplazados del poder permitirle gobernar. Tarea difícil con dos regiones de España con mayoría electoral separatista y con una izquierda radical crecida con los decepcionados de PSOE. Con un panorama desolador en lo económico, social y moral. La única salida dentro de este sistema enfermo habrá de pasar por un baño de sentido común y de patriotismo en todos. Un voto de confianza no es un cheque en blanco. Lo habrán de entender unos y otros.

Felicidades, Sr. Rajoy. Felicidades, PP. España, que Dios se apiade de ti.