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Cuando el PP ganó las pasadas elecciones con mayoría absoluta, lo que quedaba de ingenuidad en el alma de una parte de la sociedad española, esperaba que el nuevo gobierno, el de Rajoy, cambiara leyes y la forma de hacer política que habían llevado a esa sociedad, gracias a ese desastre apellidado Rodríguez Zapatero, a la división cainita, a la desmoralización y hasta a la angustia por su forma de llevar a la deriva la llamada crisis. 

Sin embargo este PP, del que decíamos que no se sabe si sube o baja, si va o viene, gracias a su indefinición política y moral, hemos descubierto (¡por fin!) que está quieto, inmóvil, muerto y sin ideas, agarrado al pretexto de la herencia recibida como tabla de salvación para justificar su desoladora inoperancia. Bueno, inoperancia u “operancia”, que no sabemos lo que es peor.

Este preámbulo poco halagador viene a cuento para hablar de algo que ya es de “fe política”: que cuando gana el PSOE arrasa con leyes, órdenes, cargos públicos y formas de gobernar de los de antes, y de una patada a lo Charlot manda a freír espárragos todo el entramado político y legislativo de la derecha vencida. Saca leyes diabólicas sobre el divorcio exprés, el aborto a tumba abierta, a bodorrios de maricas (son maricas), mima a los separatistas, pacta con terroristas a los que a veces protege de la propia policía, promulga leyes que destruyen el Patrimonio como el de la increíble (increíble en otras latitudes) “Memoria Histórica”, una de las inmundicias legislativas más desoladoras de nuestra Historia, esta vez con auténtica memoria, saca eso de la Educación para la Ciudadanía o se mete en el pozo de subvenciones sin fondo de encuentros de culturas y demás pamemas. Y la derecha calla y otorga. Bueno, grita porque es reglamentario en la oposición, pero también otorga, porque carece de interés o fuerza para parar tanto desastre.

Aquí pensamos que esto no es casual, que aquí pasa algo que sólo se entiende si consideramos que sobre derechas e izquierdas, bastante indefinidas por cierto, hay algo alguien que lleva la batuta y que dirige esta orquesta desafinada. Vamos a tener que convocar a especialistas en política ficción para que nos aclaren esta duda que cada vez lo va siendo menos.

Debido al desastre de un Rajoy desarbolado, acosado y que huyendo hacia delante lo único que va a conseguir es caer al mar desde la plancha a la que le empujan los piratas de la oposición animados por una sociedad hundida cada vez más en paro y el desastre político, nos olemos unas elecciones legislativas antes de que se acabe el plazo. Da igual que los futuros ganadores, los del PSOE junto con su cohorte de satélites unidos todos contra Rajoy y sus fracasados muchachos (¡ojo!y muchachas), sean unos corruptos, agitadores callejeros o sinvergüenzas redomados de la política, porque ganarán de forma apabullante. Las bombas de 11-M serán petardos comparadas con esto.

Y cuando se produzca ese momento histórico (auténticamente histórico) del triunfo de la izquierda política, que va a marcar a lo que queda de España para mucho tiempo, millones de españoles tendremos que considerarnos, ya sin remisión, vencidos y desarmados. Ya mandan los herederos de un lejano Frente Popular sobre un solar tipo estercolero, en el que sus adversarios de la derecha sólo podrán dedicarse a husmear con un palo para recoger latas vacías. Y España desarmada y vencida.

Como militares, nos revelamos contra la inoperancia de nuestros Mandos, incapaces de presionar a unos políticos de la derecha para abrir los cepos que lo tienen inmovilizado, sin opinión, silencioso. Pero de eso hablaremos en un artículo aparte: OCASIÓN PERDIDA. 

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