LIBROS
| Varela el general antifascista de Franco

Autor: Federico Martínez Roda
Editorial: La Esfera de los Libros, Madrid 2012
Páginas: 592
ISBN: 9788499703008
Formato: 16x24 Cartoné
PVP: 25.90 €
Aunque parezca mentira todavía quedan personalidades claves para entender la Cruzada de Liberación del 36 pendientes de biografiar. Sin embargo hoy se cubre una tremenda laguna con la biografía del general Varela, figura fundamental en el levantamiento del 18 de julio y personaje clave para entender la instauración del régimen franquista.
En muchos aspectos la biografía del general Varela se parece a la de tantos otros militares españoles que entraron en la Academia Militar de Toledo durante el reinado de Alfonso (XIII), sin embargo Valera posee dos notas diferenciales que ya por si justificarían una extensa biografía y un detenido estudio historiográfico. La primera nota es haber sido el único militar en la historia de España que ha pasado de soldado raso o capitán general. La segunda de las notas es haber sido el único militar español de la Cruzada de Liberación con dos Laureadas obtenidas antes del inicio de la guerra civil.
La biografía que hoy nos presenta la Esfera de los Libros como toda buena biografía permitirá al lector acercarse al personaje definido con acierto por el historiador Martínez Roda, y acercarse igualmente a una época de la historia de España sumamente ideologizada.
Efectivamente, Varela el general antifascista de Franco nos acerca a un general que si bien unido a Franco con lazos de amistad y camaradería, sabe distanciarse de la política franquista cuando entiende que esta no sirva al bien común. Varela, uno de los más importantes militares africanistas españoles (en las guerras del protectora español consiguió sus dos laureadas) supo establecer lazos de amistad que duraron toda la vida con los grandes militares que encontraron en el protectorado español la mejor ocasión para demostrar sus dotes militares y de mando. Los acontecimientos históricos desarrollados con posterioridad al 18 de julio de 1936 provocaron que otro de los generales africanistas, en este caso Francisco Franco, se hiciera con el poder de la España nacional.
Durante la guerra del 36 Varela intervino en numerosas campañas destacando la de Teruel, y su participación en las batallas desarrolladas en Madrid y alrededores (Ciudad Universitaria, Jarama, Brunete …), aunque sin duda alguna su imagen dio la vuelta al mundo tras la liberación del Alcázar de Toledo heroicamente defendido por los hombres del general Moscardó.
En esta situación la política internacional también era una piedra de escándalo que dividía a la sociedad española, o que más bien dividía a la élite política española entre los partidarios del apoyo a las fuerzas del eje, o los partidarios del apoyo a los aliados o incluso los partidarios de la neutralidad. La opinión del pueblo español era mayoritaria y claramente a favor de la neutralidad bélica, sin embargo los falangistas apoyaban a una Alemania nazi que para ellos era el modelo a seguir.
En todas estas intrigas el general Varela tomo una posición activa a favor de la no beligerancia, postura que a pesar del envió a tierras rusas de la conocida como División Azul fue la posición vencedora. Así como Ministro de Ejército Varela supo ejercer su posición neutral con gran acierto, pues su independencia de cualquier familia política le permitía defender su postura con total libertad. Aunque Varela pudiera sentir gran simpatía por los carlistas, la realidad es que nunca militó bajo sus banderas, ni defendió su pretensiones dinásticas, siendo una simpatía más anclada en sus valores tradicionalistas, que en sus fidelidades dinásticas. De igual forma Varela era uno de los Ministros que veía con malos ojos un desmesurado crecimiento de la Falange que ni consideraba adecuado, ni consideraba proporcional al esfuerzo bélico desarrollado durante la cruzada por la organización política creada por Jose Antonio y desvirtuada por Franco tras el Decreto de Unificación.
Su apuesta por la neutralidad venía dada tanto por su conocimiento de la realidad española, en donde el hambre, el cansancio por la larga guerra, y la mala situación económica determinaban la imposibilidad de intervenir en un conflicto internacional, como por el conocimiento de la situación política internacional, pues para el Hitler era demasiado enemigo del Papa como para apoyarle, y los aliados se habían hecho excesivamente amigos de Stalin, líder del comunismo internacional derrotado por primera vez en los campos de batallas españoles.
Ahora bien, su acercamiento al carlismo le convirtió en involuntario protagonista del hecho del primer franquismo que más literatura ha provocado: el atentado de Begoña. El 16 de agosto de 1942, en una ceremonia religiosa organizada por los carlistas en la basílica de Begoña (Bilbao) para honrar a los requetés caídos durante la última guerra y que estaba presidida por Varela, un grupo de falangistas provocó un incidente sangriento cuando uno de ellos arrojó dos bombas a la muchedumbre. La primera no explotó, pero la otra hirió a casi un centenar de asistentes. Este acontecimiento en el que algunos vieron un intento de magnicidio, y en el que otros vieron de forma clara el enfrentamiento entre falangistas y carlistas, supuso un violento altercado con Francisco Franco, pues este acusó a su ministro de haber permitido gritos subversivos, mientras que Valera trató infructuosamente de que Franco limitará el poder de la Falange y evitara la violencia que la caracterizaba. Este enfrentamiento se saldo con la dimisión de Varela y la destitución de un Serrano Suñer que empezaba a perder peso político en un régimen que se alejaba cada vez más de las posiciones proalemanas.
De todas formas su relación con el carlismo se remontaba a los años de la República, pues ya en 1932 durante su estancia en prisión acusado de intervenir en la sanjurjada redacta para los carlistas su famosa ordenanza del Requeté, con la que se formaron todos los voluntarios carlistas que intervendrían después en la guerra. Esta prisión supuso igualmente el cambio de postura política de Varela que paso de recibimiento esperanzado de una república que pudiera aproximarnos a Europa, al distanciamiento y oposición a un república que jamás llego a ser democrática. Dicha relación con el carlismo se intensificó en el plano personal al casar después de la guerra con Casilda Ampuero Gandarias, mujer perteneciente a una importante familia carlista, carlista ella misma y delegada nacional de Asistencia de Frente y Hospitales.
Tras su dimisión y después de una época de apartamiento político, en marzo de 1945 es elegido por Franco Alto Comisario del Protectorado Español de Marruecos, cargo que desempeña con gran acierto hasta su muerte en 1951.
Varela de Federico Martínez Roda con prólogo de Stanley G. Payne se convierte así en un libro esencial para comprender los primeros años del régimen franquista, comprender los difíciles equilibrios de poder entre carlistas y falangistas, y comprender la afortunada no beligerancia española en la II guerra mundial.
El autor.
Federico Martínez Roda, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad CEU San Pablo y profesor de varios proyectos de investigación histórica, ha desarrollado su extensa obra en torno a cuatro temas: el pensamiento político, en el que destaca el libro colectivo Diez años de reflexión sobre nacionalismo, el Estado, la nación, la soberanía y lo hispánico; la globalización, en el que se encuentra el estudio pionero El comercio internacional y los transportes; la historia regional, enmarcada en la escuela de Vicens Vives y Reglá, con sus obras El puerto de Valencia y La división provincial y el final del Reino de Valencia, y los estudios sobre temas militares, precedentes inmediatos de éste sobre el general Varela y su tiempo. No obstante la obra que más resonancia ha tenido en los ámbitos docentes universitarios ha sido la colectiva que dirigió en 2008: Historia del Mundo Contemporáneo. De la revolución a la globalización.