Autor: Fernando Martínez Laínez Edita: Caja Granada, 2009 Páginas: 69 ISBN: 978-84-96660-86-1 PVP: 10,00 € El carlismo es un movimiento político sumamente propenso a la mitificación. Mitificación, tanto de sus defensores, como de sus enemigos.
El libro que hoy presentamos, rompe uno de los principales mitos creado por los enemigos de la tradición: el carlismo fue un movimiento que sólo apareció en las Provincias Vascas, en Navarra, y en algunas zonas del levante. Efectivamente, Fernando Martínez Laínez, de forma sencilla y amena, nos cuenta la evolución del tradicionalismo desde los inicios del movimiento en 1833; nos cuenta como algunos hombres y haciendas andaluzas decidieron de forma valiente, defender el derecho de D. Carlos María Isidro a la corona española.
Pero el núcleo principal de la breve obra, es destacar el gran acontecimiento político, militar y social que supuso la presencia del General Gómez en tierras andaluzas. Toda su marcha militar de norte a sur, y de oeste a este de la península, no fue un milagro, sino que fue la consecuencia lógica de una situación política y social que no se decantaba claramente a favor del gobierno liberal.
Efectivamente, la expedición del general carlista Gómez, es toda una lección histórica del verdadero sentir de pueblo español, y del minoritario apoyo popular al bando liberal. Cabe recordar que ya el propio Luis de Evans (militar británico que lucho durante la primera guerra carlista en el bando liberal) nos dejo dicho en su libro “Memoria de la Guerra de Navarra y las Provincias” que “ El grito de viva Carlos encontraba simpatías tanto más enérgicas cuanto más reprimidas habían estado en el pecho oprimido, y gruesas turbas de jóvenes engrosaban las filas usurpadoras [...] en vano la fogosa pluma de las Diputaciones y Juntas de armamento llena de todo el ardor del clima, ofrecía inmortalidad al pueblo que resistiera al torrente enemigo; semejantes ecos no resonaron en el pecho del proletario, confundiéndose en silencio entre la multitud vacilante en lo que debía obrar”. De igual forma en otro pasaje de la misma obra Evans nos apunta:”los ojos del pueblo siempre están abiertos para quien quiere defenderle; y a este debió Gómez su salvación, pues de lo contrario la victoria sobre nosotros, o su exterminio hubiera sido el resultado”, es decir no era la superioridad militar del General Gómez, sino el apoyo del pueblo, lo que permitió la invicta expedición a lo largo y ancho de la Península.
La colección Cuadernos del Museo, patrocinada por la obra social de Caja Granada, descubre al gran público la fuerza de los hecho históricos, pues el lector podrá comprobar cómo las tropas carlistas pudieron recorrer sin problemas toda España debido al gran apoyo popular de su causa, mientras que los liberales encontraron numerosos problemas en mantener una persecución por tierras supuestamente adictas pero realmente desafectas. La vinculación del carlismo y Andalucía, que alcanzó resonancias heroicas en la guerra civil del 36 al 39, gracias a los esfuerzos de Fal Conde, tiene un claro antecedente en la presencia de numerosos defensores de la legitimidad durante la primera carlista. |