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Las mejores Hazañas Bélicas
Guión y dibujo: Jordi Longarón – Editorial: Editores de Tebeos S.L, Barcelona 2012 – Páginas: 148 – Presentación: B/N y Color – ISBN: 978-84-9947-430-4 – PVP: 17,95 €
Madrid, 24 de diciembre de 2012
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| ![]() Portada del cómic La editorial Editores de Tebeos ha tenido la feliz idea de volver a reeditar las mejores historietas de un clásico del cómic español “Hazañas bélicas”. Es evidente que Hazañas Bélicas no necesita presentación para cualquier aficionado al cómic que se aprecie; sus historietas acompañaron la infancia y juventud de muchos españoles que encontraban en el cómic un medio de evasión de la realidad sano y barato. Ahora que el cómic ha sido apartado del mercado juvenil, copado por los videojuegos o cualquier otro producto audiovisual electrónica, es un buen momento para reivindicar el cómic como modo de entretenimiento capaz de suscitar en los lectores grandes momentos de emoción. El caso de Hazañas Bélicas no es un caso excepcional en el cómic bélico, pues como otros cómics del género estamos ante una creación artística en multitud de ocasiones antibelicista. Decimos esto apoyándonos en la inmensa mayoría de las tiras que se publicaron en España en la colección Hazañas Bélicas. En la mayoría de ellas las virtudes que se ensalzan son el compañerismo, la fidelidad, el amor, el sacrificio, el esfuerzo, la capacidad de autosuperación, todo ello, si es verdad, en el marco de la guerra pero sin caer en un belicismo desmesurado. En esta ocasión EDT nos trae las mejores creaciones que Jordi Longarón firmó para Hazañas Bélicas. Logarón no desembarcó en la colección hasta 1956, anteriormente trabajó en "El Globito" de Joaquín de Haro, pasando enseguida a Toray, donde trabajó en revistas como "Chispa" (1948-49), "Garabatos" (1950), "Hazañas del Oeste (1950), "El pequeño mosquetero" (1951) y por último en "Hazañas bélicas" (1956). Después su carrera profesional se encaminaría hacia el mundo anglosajón. La colección que ahora presenta EDT es una buena ocasión para que los jóvenes se acerquen a un clásico del cómic, y que los no tan jóvenes recuperemos la afición por devorar historias con verdadero sabor a heroísmo. |