Durante el verano de 1936, tras el fracaso del alzamiento y la total supeditación del carlismo a los militares que participaron en él,  muchos carlistas catalanes vivieron en sus carnes una feroz persecución, siendo asesinados miles de ellos fueron. Como el caso del protagonista de esta breve biografía: Josep Alabart Fàbregas, un carlista comprometido y activo de las comarcas de Tarragona y, posiblemente, desconocido para la mayoría de los lectores. A través de este artículo, queremos dar a conocer su testimonio, su ejemplo y su sacrificio. Añadimos las cartas que desde su cautiverio en Tarragona logró enviar a sus familiares y que ponen de manifiesto la grandeza y la profundidad de sus convicciones católicas y carlistas.

Quisiera agradecer a todos aquellos que han ayudado y animado a redescubrir la memoria de Josep: a su amigo y correligionario de Tivissa, Domènec Ripoll (q.e.p.d)., requeté del Tercio de Ntra. Sra. del Pilar, que en sus últimos años, y a pesar de su enfermedad, escribió y trabajó para que no se perdiese su recuerdo; a mi amigo Hèctor Mir; y a Magdalena Guarí y Santiago Alabart, viuda e hijo de Josep, que nos abrieron las puertas de su casa y de su corazón, ofreciéndonos el emocionado recuerdo de su esposo y padre. A todos ellos, GRÀCIES!

Retrato de familia.


Josep Alabart y su esposa Magdalena Guarí

Nacido en 1903 en el seno de una familia de raigambre carlista y sólidas convicciones católicas. Natural de Garcia (Tarragona). En su juventud cursó estudios en el Seminario de Tortosa. Tras varios cursos abandonó los estudios eclesiásticos. Preparó oposiciones para ingresar en el Cuerpo de Secretarios de Ayuntamiento de segunda categoría, aprobándolas en junio de 19291.

Su primer destino como secretario fue Pinell de Brai, donde conoció a la Srta. Magdalena Guarí Amposta, que más tarde se convirtió en su esposa. De su matrimonio nació un hijo, Santiago, al que apenas pudo conocer, ya que tenía pocos días cuando fue detenido y asesinado. Tras casarse se trasladaron a vivir a Garcia.

Allí se le comunicó la concesión de la plaza de Secretario del Ayuntamiento de Montblanc que había solicitado tiempo atrás. Durante los hechos de octubre de 1934 se manifestó totalmente contrario a la sublevación, lo que le significó enemistarse con el Ayuntamiento de izquierdas. Tras apaciguarse la situación fue cesado por sus ideas políticas. Había solicitado Montblanc para poder estar cerca del entonces jefe provincial carlista,  D. Tomàs Caylà. En su finca en el pueblo de Miramar (Alt Camp), los sábados y domingos, se ejercitaban los Requetés en tácticas militares.

Acto político

Acto político presidido por Mª Rosa Urraca Pastor y Joaquín Bau.
A la izquierda de la imagen Josep Alabart.

Al encontrarse cesado de su puesto, acudió al Colegio de Secretarios de Tarragona para solicitar alguna plaza vacante. Solicitó Tivissa y le fue concedida.

Llegó a Tivissa a principios de 1936, donde se encontró un campo abonado políticamente: Ya en julio de 1934 se había constituido la Agrupación Tradicionalista, principalmente con excombatientes de la tercera guerra, sus hijos y nietos. En 1935, el día de la Asunción, se celebró un acto comarcal con gran éxito de asistencia. Era secretario de la Agrupación el joven José Sancho, que hizo la presentación del acto junto a Jordi Pagés, sobrino de Josep Bru Jardí, director de “El Correo de Tortosa” y en ese momento jefe provincial de Tarragona (que era hijo de Tivissa). En el acto intervinieron como oradores el propio Josep Bru y el diputado Joaquín Bau, siendo ambos muy aplaudidos. Terminado el acto, éste último hizo entrega al Presidente de la Agrupación Tradicionalista de la cantidad de 500 pesetas para ayudar al mantenimiento de un local propio para los carlistas.

Círculo de Alcalà de Xivert


Al tomar posesión de su cargo en 1936, Josep Alabart Fábregas, a Tivissa llegaban dos ejemplares de El Correo Catalán. Él personalmente consiguió aumentar hasta 20 el número de suscriptores. Cuando terminaba la jornada, salía a pasear con el comandante de puesto de la Guardia Civil y el auxiliar de Secretaría. Los carlistas del pueblo le advirtían que no se fiara de ninguno.

En Tivissa, en su condición de jefe comarcal del Requeté,  daba charlas e instrucciones preparatorias del alzamiento, comentando que si fracasaba éste se echarían al monte desde donde harían la guerra de guerrillas.

El 17 de julio, junto al joven carlista Domingo Ripoll, estuvo poniendo antenas tratando de captar emisoras de Marruecos para recibir noticis sobre el inicio del alzamiento.

El 18 de julio, al atardecer, con el taxista y 2º teniente de Alcalde, Francisco Borrás Pámies, acompañados por el joven Dionisio Escoda Figueres, suboficial de Caballería, marcharon a Tarragona para informarse de la situación. Allí fueron a casa del enlace de la Comunión Tradicionalista con la UME en la guarnición de Tarragona, el capitán Josep Maria Sentís Simeón, natural de Ruidoms. Éste les explicó que a las 9 de la mañana del día siguiente, se alzaría Barcelona, y a las 11 horas, Tarragona, Lleida y Girona. Él mismo era el responsable de alzar la Caja de Reclutas de Tarragona. Le pidieron armas y les dijo que no hacían falta. Su pretensión era conseguir armas para iniciar un levantamiento en Tivissa, organizar un grupo de hombres armados que se dirigieran a Mora d´Ebre y, allí, unirse a la Guardia Civil en el alzamiento. Una vez conseguido este objetivo, su pretensión hubiese sido dominar desde allí la desembocadura del Ebro hasta Amposta y el río Segre desde Mequinenza. Su plan era crear un foco de resistencia al Sudeste de Cataluña que lograra enlazar con la llegada de las fuerzas nacionales.

Recibo de socio del Círculo de Alcalà de Xivert


Llega el domingo 19 de julio y no se reciben las noticias esperadas. Josep Alabart, junto al taxista, marchan a Tarragona dirigiéndose al domicilio del capitán Sentís. Éste, al comprobar el total fracaso del Alzamiento en Tarragona, les invita a marchar junto a él a Mallorca, para desde allí seguir secundando el levantamiento. En el puerto había una lancha esperándoles. Pero él decidió volver a Tivissa. Tras comer se reunió con el comandante de puesto de la Guardia Civil y, más tarde, con el taxista. Éste le advierte de lo peligroso que sería ir en coche hasta Tarragona, que lo prudente sería coger el tren en Mora la Nova y llegar a Tarragona. Él se ofrecía a llevarlo hasta la estación. Nada más llegar a Tarragona fue detenido por un grupo de personas armadas que le estaban esperando, siguiendo indicaciones del comité de Tivissa.

Fue trasladado al barco-prisión Río Segre y después al Castillo de Pilatos, la prisión provincial, desde donde dirigió unas emotivas cartas a su esposa, hijo recién nacido, madre y hermana, viendo que el fin de su vida en la tierra se acercaba. 

El 28 de julio fue asesinado. Según contaron algunos testigos fue decapitado y su cabeza colocada en el centro del patio de la prisión como escarmiento para los otros presos políticos. Tenía 33 años.

ANEXO


Cartas de Josep Alabart a su familia,  remitidas desde la prisión de Tarragona, Casa de Pilatos.

1) Carta dirigida a su esposa e hijo

Tarragona, 21 de julio de 1936.-

Sra. Dª Magdalena Guarí.
Esposa mía: La noche del domingo me detuvo la policía de esta ciudad como supuesto complicado en el actual Movimiento.
Yo estoy tranquilo, fuerte y resignado y plenamente confiado en Dios Nuestro Señor. Tú, ahora más que nunca, debes tener tranquilidad y serenidad de ánimo, y confianza en mí, que con ayuda de Dios, saldré bien y con gloria de todos los peligros. No temas nada, ni te inquietes, ten valor, amada esposa mía. Entrégate a Dios completamente. Él es bueno y cuando nos envía una adversidad lo hace por nuestro bien. Siempre debemos aceptar las adversidades como enviadas de Él.
Yo tengo gran tranquilidad de conciencia porque he cumplido con mi deber. El tuyo en esta ocasión consiste en saber resignarte y confiar en Dios. Por nuestro hijito debes hacerlo. No te disgustes porque eso sería en perjuicio de él.
Te amo, Magdalena mía hoy más que nunca. Estos muros que hoy me privan momentáneamente (tal vez unos pocos días) de verte y hablarte, me afirman más en tu amor y me hacen comprender cuanto vale tu feliz compañía.
¿Qué hace nuestro hijito? ¿Le quieres mucho? ¿Le dices muchas cosas? Yo hablo con él continuamente. Me hago la feliz ilusión de que le veo en tus brazos. Dale mis besos, y le dices que su padre realizará para su felicidad toda clase de sacrificios.
Los momentos son difíciles pero no imposibles; después de esta dura prueba a que Dios somete a nuestra amada España, vendrán tiempos buenos y felices para nuestra Patria y para todos.
Mi amadísima madre que soporte esta nueva penita con cristiana resignación.
Todos tened serenidad. No lloréis, porque no os conviene; y no hay motivo alguno para llorar, antes bien, para estar contentos, pues una madre y una esposa deben estar satisfechas de que su hijo y sus esposo cumpla con su deber. Ahora yo he cumplido con el mío y Dios me premiará debidamente.
Suceda lo que suceda pocos días estaré privado de vuestra compañía, Dios mediante. Por consiguiente, no hay nada que asustarse ni alarmarse.
Nada os faltará de lo que necesitareis.
Magdalena, perdóname si el otro día te ofendí. Bien sabes que te amo siempre.
Ayer, día 20, se cumplió un año de nuestro casamiento, mucho pensé en ti y recé por ti y por nuestro hijito.
Yo me encuentro bien y me han instalado en la mejor dependencia de la cárcel. Somos bastantes los carlistas detenidos y pasamos bien el rato. Por mi estado no te preocupes. Tú, cuídate mucho.
Te aconsejo y ruego encarecidamente que no vayas a Pinell. Allí estos días correrías peligros. Dejemos pasar esta tormenta, y luego podrás ir. Ya comprenderás que ahora sería peligroso.
Repito que tengas buen ánimo y no te intranquilices.
Reza mucho por mí y por nuestro hijito.
Mañana, día de tu Santo, encomiéndate a Santa Magdalena y ten la seguridad de que yo pensaré en ti y rezaré por ti. No lo podremos pasar juntos, pero mi alma estará contigo.
Ahora más que nunca continuo fiel a mis ideales. Lo mismo debes hacer tú. Tengo muchas cosas que contarte. Creo que podré decírtelas de palabra muy pronto.
Cada momento que pasa soy más optimista. No puedo decirte ahora más por razones que comprenderás.
Adiós hija mía, hasta muy pronto. Alegra tu corazón. Encomiéndate a Dios.
Besos, muchos besos a nuestro hijito. Un abrazo de tu esposo.- JOSÉ.-

Madre, no se atribule y nada temáis. Estoy bien. No os alarméis. No lloréis, pues ciertamente no hay motivo para llorar. Consolad a Magdalena. Infundidle ánimos. Nada ha de pasar.
Adiós.
Abrazos.
Abrazos a Antonia.

(Esta carta se recibió en Garcia, el 25 de septiembre de 1936, dos meses después del asesinato de Josep)


2) Carta de despedida a su esposa e hijo.

“Tarragona, 24 de julio de 1936.-

Sra. Magdalena Guarí Amposta
Garcia.-

Esposa mía:
Los momentos son graves y peligrosos. Dios solo sabe lo que puede suceder. Te escribo en momentos de angustia, pero no imposibles. Por si acaso Dios se sirviera disponer de mi vida, yo ya le hice ofrecimiento de ella, pues suya es, y Él quiera que contribuya a la salvación de España. Sólo por ti y por nuestro hijito sentiría perderla. Pero cúmplase su Santa Voluntad. 
En estos instantes de dura prueba, siento que mis ideales se hacen más fuertes y comprendo todavía mejor que solo ellos pueden salvar a nuestra amada Patria. Educa a nuestro hijito en nuestras ideas, especialmente forma y modela su alma en nuestras creencias religiosas. Esto es lo más importante. Esta es la mejor y más valiosa herencia que le podemos dejar. Haz que sea hombre de carácter.

Y tú, esposa mía, amadísima Magdalena, no tengas otra norma de conducta que nuestros principios religiosos. Reza y confía a Dios todas las cosas y tus penas, seas muy buena y muy cristiana.
Yo con toda el alma, te pido me perdones las ofensas que te hice. Pero ya sabes que te amaba y te amo. Perdóname también mis defectos. También pido perdón a tu madre y a toda tu familia. Y a todos los que haya ofendido pido humildemente perdón. Yo perdono sinceramente a los que me ofendieron.
Aunque las circunstancias son bastante difíciles, no he perdido la serenidad y tengo gran fe y confianza en Dios Nuestro Señor. Él me protegerá y querrá que no suceda nada malo. Y tengo la seguridad de que si yo muriese, a ti y a nuestro hijito os protegerá eficazmente y os llenará de bendiciones.
Debes ser fuerte y llevar los contratiempos con santa resignación.
Estoy bien preparado para la muerte. Confesé hace unos días. Conmigo está detenido un sacerdote y volveré a confesarme. Dios, si muero me llevará consigo al Cielo. Desde allí rogaré por vosotros.
Ama siempre a mi buena madre y a mis hermanos. Pido perdón a mi hermano Jaime y ruego a Dios por él. Yo le perdono.
A todos os amo, y no puedo explicar en estos momentos, cuanto pienso en vosotros.
Sabed conformaros con la suerte que Dios me tenga destinada y sed animosos.
Yo esta vez he cumplido con mi deber. Siento y me arrepiento de que otras veces no supe cumplir con mis deberes.
Adiós, hija mía, amadísima esposa, amado hijo Jaime, no lloréis mi muerte, antes bien alegraos de tener un esposo, un padre, un hijo, un hermano en el Cielo.
Perdóname si os di malos ejemplos, mirad y tengáis, tened siempre en cuenta, siempre, este mi último ejemplo: el dar la vida por Dios y por España. Que mi hijo siga este ejemplo.
No sé cómo despedirme de ti, amada Magdalena, pero no quiero que continúes leyendo y derramando lágrimas.
Un último encargo: que tu vida sea siempre cristiana.
Lo poco que tengo te lo cedo a ti. Lo único que siento es no poder pagar mis deudas.
Adiós Magdalena. Él esté siempre contigo y con mi hijo.
Besos a nuestro hijito, un abrazo fuerte, muy fuerte de tu esposo.
JOSÉ.-


3) Carta de despedida a su madre y hermana

Amadísima madre y hermana Sofía: Si muero, no lloréis. Resignaos con la voluntad de Dios. Él os amparará y proveerá. Consolad a mi buena esposa. Perdonad las muchas ofensas que os hice. Ya sabéis cuanto os amé siempre. Si muero podéis estar seguros que estoy en el Cielo. Para vos, amadísima madre mía, debe ser un honor el tener un hijo que ha sabido morir por Dios y por España.
Confesé hace pocos días. Hoy volveré a confesarme. Estoy preparado para unirme con  mi santo padre. Desde el Cielo velaremos por vosotras. Mis hermanos que tengan resignación cristiana, que sean muy buenos y que eduquen a mis amadísimos sobrinos en nuestra santa Religión.
Yo pido perdón a mi hermano Jaime y le perdono.
Un abrzo fuerte a mis hermanos, a mis sobrinos, a nuestros parientes, a mis amigos. También a los de Tivissa.
Y tú, hermana Sofía, y usted, buena madre mía, un abrazo muy fuerte.- JOSÉ

Tarragona, Castillo de Pilatos, 24 de julio de 1936.-

(Esta carta de despedida llegó a Garcia catorce meses después de haber sido escrita. En el matasellos llevaba la fecha del 20 de septiembre de 1937)

Gaceta de Madrid, nº 173, 22 de junio de 1929, pág. 1721