Museología |


21/09/2012


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    Son escasas las prendas militares del S. XIX utilizadas por el bando carlista que han sobrevivido hasta nuestros días, por lo que es un auténtico privilegio presentar esta guerrera que perteneció a un capitán de Caballería de la 3ª Guerra Carlista, 1872-1876.

    El General Don Antonio Dorregaray estableció por Orden de 31 de enero de 1874 una estricta uniformidad, que establecía que los generales,brigadieres,
 jefes, oficiales y cadetes debían usar una guerrera azul oscura, con doble fila de botones dorados con el escudo de España para los primeros, en plata para los segundos, los cuerpos especiales con sus propios emblemas y para el resto botones con la cifra "C7" timbrada de corona Real. El color de los vivos variaba según el Arma o Cuerpo; así el blanco correspondía a Ingenieros; Estado Mayor celeste; grosella a la Sanidad Militar; morado al Clero Castrense; y finalmente el rojo correspondía a la Infantería, Artillería y Caballería. 


    Está confeccionada en tejido de lana oscuro, con vivos y cuello rojos.

    Tiene doble hilera de siete botones plateados con el anagrama "C7" entrelazado y bajo corona Real, elemento este último que se repite en el cuello. Los botones están realizados en Francia, presentando cada uno de ellos en su reverso troquelada la marca del fabricante: "G & Cíe. París" y el número "21" insertado en un escudete. En las bocamangas triple galón en plata -o blanco-, como correspondía a la Caballería.

    Procede del antiguo Museo de Recuerdos Históricos de Pamplona. En uno de sus bolsillos interiores se encontraba el "Detente Bala", que ha sido repuesto al lugar donde se suponía lo llevaban los combatientes, esto es en lugar externo de la prenda y sobre el corazón.