Autor: Félix Urrizburu Cabodevila

Cabo de requetes. Tercio radio requeté de campaña.

1ª división de Navarra

En aquel verano de 1936, José Mari ejercía su profesión de pedagogo en la escuela de Burgui, en el bellísimo valle de Roncal, y allí le sorprendía el alzamiento nacional del 18 de julio.

 

Zandueta en el recuerdo de Nagore Yárnoz

En Artesa nos visitaba mucho, en la casa que ocupábamos, un gran amigo de muchos de la Sección, de los que éramos de Pamplona: José Mª Zandueta, alférez provisional den la 2ª Bandera de Castilla- Burgos, en nuestra División. Yo lo recuerdo en esos días de Artesa, que llegaba, desastroso y con las gafas empolvadas, enhiesto su gorrillo de Falange, con la borla roja y negra y las aspas del requeté - la de San Andrés- en su camisa caqui, tocando en un piano desventrado los ragtime entonces de moda: Tiempo tormentoso y Mariposas bajo la lluvia. Luego se quedaba a cenar o a comer con nosotros, y hasta jugaba al ajedrez en unas interminables partidas organizadas por Javier Iraburu.
 

(Del libro: En la Primera de Navarra, Ediciones Dyrsa,1986).
Rápido, se incorporó a la columna tutor como requeté, por tierras guipuzcoanas, la columna alcanzó Ondárroa. Llegó él "parón" en el frente vasco de las operaciones guerreras. Tras vicisitudes de su unidad, marchó a la academia de alféreces provisionales, de la que salió con la " estrellica " de seis puntas doradas, sobre el parche negro sobre el pecho. A petición, fue destinado a la primera división de Navarra - la nuestra -. En la división mandó durante toda la contienda una sección de la 2ª bandera de falange de Castilla, pues no habría plaza en los tercios de requetés. Como pamplonica y al ser muchos de los componentes del tercio de radio requeté de la también 1ª división, era muy bien recibido cuando en los descansos, venía a disfrutar de nuestra compañía. Tocaba el piano muy bien.

 

En Monzón de río Cinca, en la casona que teníamos de representación, había un piano, y en el se pasaba las horas. Jugaba al ajedrez con nuestro teniente Olaso y disfrutaba, en fin, de nuestro alojamiento. Naturalmente, tomó parte en las grandes operaciones de Teruel, - terrible frío -, Aragón, Sierra Espadan, la formidable Batalla del Ebro, la campaña de Cataluña y el fin de la contienda. Se licenció. Prefirió ir a su amada escuela que seguir en el ejército. De maestro Pamplona, pasó a un instituto de relieve de Madrid. Aquí me decía:- Verdad Urriz ¿cómo es posible que saliéramos vivos del "ardiente" caldero del Ebro?.

 

En Madrid se jubiló. Regresó a Pamplona y venía con frecuencia a la capital de España, donde los domingos y sábados, tomábamos nuestros vinos en amables rondas, en compañía de otro buen amigo el buen interiorista Faustino del Pulgar.

 

Conocer más ...

Con sus dotes de poeta, le envié este soneto:

 

 

            en los labios la oración

            por todos los que cayeron,

            del campo del honor

            y no hay requetés anónimos

            ante los ojos de Dios.

 

Asistí a nuestras anuales convocatorias de excombatientes. Y en Pamplona, rodeado de sus familias, entregó su alma Señor, a los 92 años.

 

El objeto de este escrito es, que asombrosamente, en toda la guerra no sufrió el más leve rasguño. ¿No es asombroso?.

Ejemplos de su pluma:
 

Brindis por la Primera de Navarra y por Radio Requeté de Campaña

La Primera de Navarra,
División tan aguerrida,
que luchó con brío y garra
por su Patria y por su honor
y que pagó con la vida
de miles de combatientes,
fue la que luchó en los frentes
con arrojo y con valor.
División tan ejemplar,
ganó en múltiples batallas,
peleando con agallas,
la Medalla Militar...
Con valeroso talante
y valentía sonada,
obtuvo la Laureada
en un esfuerzo gigante,
que nunca España olvidó
y que en el Ebro premió,
ofrendando a sus Banderas,
a sus valientes soldados
y Tercios de Requetés
glorias imperecederas,
con laureles y entorchados
y un honroso palmarés.
Por tan heróicas tropas
levantemos nuestras copas
con emoción verdadera,
navarro orgullo y con fe.
Brindemos por la Primera
y por Radio Requeté.

 
 

Zandueta, también recuerda sus visitas a Radio Requeté.

Al final de las operaciones yo siempre volvía hacia vosotros, porque siempre encontré rostros amigos y una ejemplaridad que echaba en falta. Os juro que mi corazón estaba con vosotros. Os envidiaba por el compañerismo y la amistad que reinaba en vuestro cuartel- hogar. Vuestra contraseña, aquel silbido (Fi, fi, fi,fi, fi, fi, fiii) me atraía como un imán irresistible y más de una vez me obsequiasteis con vuestro rancho, vuestro apuntarás y el hilillo de vino de vuestra gran bota colgada en las cocinas. Sí, yo pienso - y lo digo- que en vuestra Sección, como en los Tercios de Requetés, se mantuvo siempre, hasta el final, el espíritu y el ideal de la Cruzada.

(Del libro: En la Primera de Navarra, Ediciones Dyrsa,1986).
 
 
 
 
 
 
 

La Batalla del Ebro, el asalto a la Sierra de Cavalls,el silbidito de Radio Requeté de Campaña.(Versos alejandrinos)

Dedicatoria: A la Primera de Navarra
 
Se engendró la Primera con vuestra valentía
bajo un surco caliente de sangre derramada
y es varonil y vibra con temple y gallardía
sobre un volcán de muertos y un clamor de Cruzada.

Llévanla en sus guiones los Tercios y Banderas,
florece en cicatrices sangrientas como rosas,
surge a orillas del Ebro de todas las trincheras,
tiene una audaz leyenda de asaltos y de fosas.

Esta es la sinfonía de sus bravos guerreros,
nubes despavoridas de fuego y de metralla.
Por los aires, siluetas de cromados aceros
van sembrando de muerte los campos de batalla.

La batalla del Ebro. Un choque entre dos bandos
de ideas encontradas, impetuosos arranques
y mundos antagónicos. Dos brazos de un compás
prepotente y austero sobre el panel de mandos,
sordo al clamor terrible de las bombas y tanques
y al fondo un objetivo: la Sierra de Cavalls.

Ataca el Tercio Lácar con la Quinta Bandera.
Cientos de boinas rojas, desplegados, avanzan.
Montejurra les cubre y el Octavo, a la espera,
flanqueando el ascenso. Todos juntos se lanzan.

Tabletean las máquinas. Suben a la carrera
y en el supremo esfuerzo de empuje ascensional,
la ronca voz del “Pater”, que absuelve a los caídos
es la norma cristiana. Ya entre horribles silbidos
escupe el quince y medio su mensaje letal.

Es como un remolino fantástico, envolvente.
Baterías, obuses, tancazos y explosiones...
Emite la R-12 su silbido insistente.
Se ve brillar su antena por los altos crestones.
Se transmiten las órdenes, crepitan las granadas
y enloquecen de espanto negros presentimientos.
La Primera, bregando, llega a las alambradas
y esperan cuerpo a tierra los requetés sedientos.

Cavalls es un infierno de estridentes sonidos,
de aludes de metralla, que en mortal aluvión
acrecientan las bajas y el número de heridos.
¡Sobre las alambradas, muerte y desolación!

Y en esto, a grandes voces, alguien grita:¡Adelante!
¡Requetés, viva España!¡Fuego! ¡A la bayoneta!
La terrible avalancha, rápida, impresionante
salta feroz, sin frenos, elástica saeta
hecha punta de lanza y acerado cuchillo...

Se acometen, se esquivan, se apuñalan, se muerden,
es furor y violencia su impulso arrollador
y en macabras escenas de obsesionante brillo
las cumbres del Cavalls los enemigos pierden
y cruza los espacios victorioso clamor.

¡Primera de Navarra! ¡Lácar y Montejurra!
y hermanados con ellos en una misma fe,
la audaz Sección Primera, la antena que susurra
el silbidito agudo de Radio Requeté!