
El Tercio de San Miguel estaba compuesto por voluntarios carlistas de Navarra y Guipúzcoa. Intervino formando parte de la 5º Brigada (luego División) de Navarra en los frentes de Guipúzcoa, Vizcaya, Santander, Asturias, Brunete, Aragón y Cataluña, obteniendo por su heroísmo la Medalla Militar Colectiva. Pasaron por el Tercio 6.800 hombres de los que resultaron 370 muertos y 3.800 heridos.
La Junta Central Carlista de Guerra de Navarra regaló en 1936 a cada uno de los Tercios de Requetés una bandera de combate de iguales características cada una, siendo el diseño elegido los colores de España, estos son los rojo y gualda, y figurando en sus anversos el escudo de la Monarquía incorporando el Sagrado Corazón de Jesús entre los cuarteles correspondientes a las armas de Castilla y León; en cada uno de los reversos figura la Cruz de Cristo y el nombre del Tercio correspondiente. Fueron hechas de material resistente para soportar la dura vida de campaña y combate. La del Tercio de San Miguel mide 118 x 146 cm.
En la primera foto podemos ver la bandera del San Miguel (1) y a continuación al alférez don Miguel de Legarra Belástegui (2) portando esa misma enseña en el desfile celebrado el día 28 de enero de 1939 por el Paseo de Gracia, de Barcelona. El propio abanderado dejó consignadas sus impresiones, no exentas de buen humor, sobre el desfile en sus Memorias, que a continuación transcribimos:
"Al frente del Tercio de San Miguel marchaba el capitán Valentín Erburu, comandante accidental, a su derecha el teniente José María Subijana, en funciones de ayudante, dos pasos detrás de mi asistente Bernardino Legarra, "Tomasín", como cornetín de órdenes. Entre éstos y las compañías que formaban en columna de honor desfilé yo portando la bandera, lo que supuso para mí un gran orgullo y también un sensible sacrificio, porque la enseña nacional estaba montada en un larguísimo palo, una gruesa rama de árbol cuyo extremo inferior un tanto aguzado tuve que encajarlo, más bien clavarlo, entre mi aún lisa barriga y la cadera a falta de una bandolera apropiada para el portaestandarte, de manera que entre el peso del asta y el viento que hacía ondear la bandera de considerables dimensiones, me obligaban a hundirla cada vez más en mi ijada derecha para mantenerla firme y aquella lanza me hacía ver las estrellas, suplicio que soporté sin quejidos hasta finalizar la parada militar, suspirado momento en que pude restregarme con fuerza para aliviar la parte dolorida, en la que me quedó un redondo y amoratado cardenal a modo de condecoración que premiaba mis sufrimientos por la Patria" (2).
Notas
(1) Foto extraída del libro de Iñigo Pérez de Rada "Navarra en Guerra. Banderas, Trofeos de Guerra y otros Recuerdos de los Tercios de Requetés y Divisiones de Navarra en la Guerra Civil Española" Ed. Museo de Tabar, 2004.
(2) Foto y texto extraídos de la obra autobiográfica de Miguel de Legarra y Belástegui "De la calle Pi y Margall al Tercio de San Miguel". Editorial Actas. Colección Luis Hernando de Larramendi. Madrid, 2008.