
Este año 2012 se cumple el 175 aniversario de la batalla de Oriamendi, sin duda alguna la victoria mas demoledora de los voluntarios del rey Carlos V, contra las tropas liberales que a pesar de contar con el apoyo del ejército británico (Legión Auxiliar Británica) no pudieron para la acometida de los valerosos voluntarios carlistas.
Desde principios de 1834, San Sebastián se hallaba incomunicada prácticamente con Vitoria y Pamplona, y con Bilbao sólo lo hacía por mar. Es necesario recordar que en las Provincias Vascas los liberales solo pudieron retener con seguridad las capitales de las tres provincias pues el resto del territorio con fluctuaciones quedo en poder de los voluntarios carlists.
Tras el fracaso del Sitio de Bilbao en junio de 1835 (en donde el general Zumalacárregui perdió la vida), parte de las tropas carlistas de los batallones guipuzcoanos que habían participado en aquel comenzaron a sitiar San Sebastián en donde la Legión Auxiliar Británica formába parte de su guarnición hasta que fue disuelta.
A principios de 1837, el mando isabelino del norte planeó una ofensiva de gran alcance que consistía en que sus fuerzas estacionadas en Pamplona, Bilbao y San Sebastián saldrían de sus guarniciones a un mismo tiempo, convergiendo en un lugar que nunca quedó definido con claridad, pero que estaría situado entre el alto Deva y el alto Urola.
Espartero no encontró sentido en realizar esta operación por lo que salió de Bilbao con poco entusiasmo el día 10 y aunque consiguió llegar hasta Elorrio, volvió a su punto de partida al ver el tesón con el que se oponían a su marcha los carlistas.
Sarsfield partió con su importante fuerza de Pamplona el día 11 y se dirigió hacia Irurzun para penetrar por allí en Guipúzcoa. Los carlistas, que tenían por un lado conocimiento del plan isabelino y por otro, conocían la importancia de las fuerzas que habían de partir de Pamplona, enviaron contra ellas al grueso de sus tropas al mando del infante Sebastián, rechazándolas y obligándolas a volver a Pamplona el día 12.
Evans inició su ataque desde San Sebastián el día 10, ocupando Lezo y Ametzagaña. Al día siguiente, ante la nula resistencia ofrecida por la débil fuerza enemiga, dejó descansar a su tropa. El día 12 inició su ataque a Loyola, conquistando la localidad al día siguiente. El 14 marchó con el grueso de su tropa por Ayete a ocupar Oriamendi, lo que consiguió realizar un día después. Pero ya esa misma noche del día 15 llegaron a Tolosa, tras dura marcha, las tropas carlistas que habían rechazado a Sarsfield en Navarra y al amanecer el día, sin haber descansado, llegaron a Hernani, iniciando inmediatamente el asalto a Oriamendi con gran entusiasmo, desbaratando la defensa británica que allí se había hecho fuerte y que se retiró descalabrada, sin orden y con grandes pérdidas a San Sebastián.
Una compañía de infantería regular británica perteneciente a su armada con base en Pasajes, salió desde San Sebastián para cubrir la retirada de sus compatriotas. El que Inglaterra interviniese directamente con fuerzas regulares en esta guerra es un hecho insólito.
Los restos mortales de varios oficiales y combatientes británicos que perecieron en esta batalla descansan en la actualidad en el popular "cementerio de los ingleses" del parque situado en el monte Urgull de San Sebastián.