Hispanidad |


La ingeniería social del Partido Popular y el PSOE, ha hecho que los niños y jóvenes desconozcan la Historia de España, y su desconocimiento ha hecho que ignoren el motivo y significado de las tradiciones que quedan reflejadas en el calendario escolar y laboral como simples fiestas en las que no se estudia o no se trabaja. Pero que el origen de la fiesta religiosa que da lugar a que en nuestra Patria no se trabaje o no haya colegios el 8 de diciembre de cada año y el origen de la fiesta religiosa nacional no se conozca por parte de la población, es simplemente insultante y nos da una idea de la magnífica acción que la ingeniería social que los partidos han llevado a cabo en la masa social española, convirtiéndola en una sociedad de ovejas que siguen a su amo, sin pensar donde les lleva, y si este les lleva al suicidio colectivo como nación y como pueblo, sin llegar ni siquiera a planteárselo. Si no conoces la historia de tu Patria y de tus antepasados, difícilmente vas a sentirte orgulloso de ella, y por ende , no vas a dar tu vida por defenderla. La fiesta religiosa del 8 de diciembre, está relacionada con la esencia de nuestra España: La Cruz y la Espada que juntas nos hicieron asombrar al mundo. Corría el año 1585, y como decía el poeta, no existe tierra donde no haya una tumba española. El tercio de Viejo destinado en Holanda, se encontraba en uno de los puntos geográficos donde se decidía la suerte de Europa y del dominio de España en esa parte del continente, En Flandes se sucedían las batallas más sangrientas de la época y estos combates se desarrollaban en la peores condiciones climatológicas y logísticas para nuestros soldados. El 7 de diciembre de 1585, dentro que lo que se llamó por los autores la Guerra de los 80 años, sucedióun hecho milagroso y providencial en la isla de Bommel, entre los ríos Mosa y Waal. Los soldados del Tercio Viejo en clara inferioridad habían quedado sitiados por las tropas del Almirante Holak que habían abierto el dique del río Mosa para aislar a los españoles. Estos no tenían escapatoria, pero 5.000 soldados de una de las mejores unidades de infantería si no la mejor de la historia, no venderá tan barata su piel Guarnecían esta isla 5.000 españoles, mandados por Francisco de Bobadilla. Los soldados del Tercio Viejo estaban a merced de la artillería de la flota enemiga, apenas tenían víveres ni ropa seca con la que combatir el frío, estaba claro que en aquella dichosa isla, las fuerzas españolas no aguantarían mucho. Cuando los pertrechos de guerra y de boca estaban casi agotados, el conde Holak les intima a la rendición, ofreciéndoles grandes ventajas. El almirante que conocía bien a los españoles no quería bajas innecesarias, por lo que a pesar de la precaria situación de los sitiados prefería pactar con ellos que entrar en un combate final, a la desesperada. El consejo de capitanes da la siguiente respuesta: "Los españoles prefieren la muerte a le deshonra." Esta insolencia a los ojos de Holak hizo que su orden inmediata fuera abrir un segundo dique e inundar aun más la zona. Los españoles se retiraron al lugar que aun permanecía sobre el mar, una pequeña colina llamada la colina de Empel. En esa zona, las aguas del Mosa discurren por un cabal más alto que el terreno ocupado por los españoles. Se abre un enorme boquete en el dique que las contiene y las aguas se precipitan, viéndose los españoles rodeados de un mar que los obliga a retirarse a las dunas que sobresalen y al montecillo de Emplen para no perecer ahogados, quedando sitiados por el agua y presos en tres islotes a merced de la escuadra protestante. Pasaron allí cinco días mal vestidos, mal alimentados, empapados de agua y ateridas de frío. Le interesaráA los gritos de júbilo de este soldado acuden sus compañeros, y, colocando la imagen de Maria Inmaculada sobre la bandera española, caen todos de rodillas y cantan la. Salve. La imagen se dispuso en un altar improvisado y los soldados se encomendaron a ella para que les ayudase en la batalla. Enterado del suceso, pronto llega Bobadilla para arengar a sus soldados y en plena adoración se dirigió a ellos, y, considerando el hallazgo de aquella imagen como señal de protección de la providencia, les dirigió a los soldados las siguientes palabras: "¡Soldados! El hambre y el frío nos llevan a la derrota, pero la Virgen Inmaculada viene a salvarnos. ¿Queréis que se quemen las banderas, que se inutilice la artillería y que abordemos esta noche las galeras enemigas prometiendo a la Virgen ganarlas o perder todos, todos, sin quedar uno, la vida?" Y respondieron todos al unísono "¡Si queremos!". La imagen de la Inmaculada Concepción fue seguidamente trasladada a una iglesia que había en el montecillo de Emplen y se la colocó en un trono, teniendo como dosel la bandera de España. Esto ocurre un día antes de que el enemigo tenga pensado atacar. El día 8 seria el día del ataque final pero, en la madrugada del día 7 al 8 un frío inusual acompañado de un viento huracanado, convierte en hielo la superficie del cauce del Mosa de tal forma que se podía caminar por el. Los soldados entonces vieron su oportunidad y marcharon sobre el hielo hacia la flota enemiga que no se esperaba un ataque total. La escuadra protestante, ante el temor de quedar apresada entre los témpanos del Mosa congelado, levanta el cerco y se retira. Cuentan los historiadores que el conde de Holak pronunció entonces estas palabras: "Parece que Dios es español, pues ha obrado tan gran milagro." Los combates fueron implacables, los españoles atacaron con tal fiereza que los rebeldes protestantes morían a cientos, y con una fiereza bestial los tercios acuchillaban a todo aquel que se pusiese por delante, la rabía acumulada por el asedio hacia que cualquier posible respuesta de los soldados holandeses fuese en vano. Los españoles, marchando sobre las aguas heladas del río Masa, atacaron después a la escuadra protestante. En el fuerte holandés situado a la orilla del río Mosa reinaba el desconcierto y el temor al ver que sus barcos estaban siendo destruidos. Finalmente los tercios de apodaron de numerosas armas, prisioneros, ya que todos los barcos no destruidos. No obstante la venganza no estaría completa hasta que acabasen con el fuerte, cosa que con la moral por los aires de un tercio es muy fácil que ocurra. Esa misma madrugada del 8 de diciembre, el tercio recompuso su formación y marchó hacia el fuerte donde se encontraba la artillería que tan precaria había hecho la situación de los tercios durante el sitio. El Tercio Viejo cargo contra el fuerte que fue tomado en muy poco tiempo, los rebeldes holandeses eran incapaces de parar a los cuadros de arcabuceros y piqueros españoles. La desbandada holandesa fue total en cuanto el fuerte cayo en manos españolas, entre los que huían se encontraba el almirante Holak dejando unas frases para la historia:
Y los españoles alcanzaron una completa victoria al amanecer del día 8, fiesta de la Purísima, contándose entre el botín de guerra diez navíos de bastimentos de boca y armas, toda la artillería y munición enemiga y 2.000 prisioneros. El mismo día, 8 de diciembre de 1585, se celebren actos religiosos de acción de gracias y fue trasladada a Balduc la imagen de la Inmaculada Concepción de María. Por aclamación fué nombrada la Inmaculada Concepción Patrona de todos los Tercios de Flandes e Italia, fundándose una Cofradía bajo el titulo de Soldados de la Virgen, Concebida sin Mancha, siendo Bobadilla el primer cofrade y figurando en esta Cofradía todos los alistados en los Tercios de Flandes e Italia. Algo más tarde Alonso Vázquez estableció en su Legión la misma Cofradía en España. Desde entonces la Inmaculada Concepción es Patrona de la gloriosa Infantería española |
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