Reseña del libro: La violencia y el orden de D’Ors, Alvaro, ed. Criterio, Salamanca 1998. Doce años después de su 1.ª edición, reaparece ahora esta obra importante. Si entonces tuvo críticas admirativas, hoy éstas han de acrecentarse puesto que el libro conserva toda su vigencia y vigor; toda su lógica, y una preocupante actualidad. Recuerdo que en el acto de presentación, el 20 de marzo de 1987, en Pamplona, d’Ors nos dijo que escribir el libro significó el reencuentro de muchos capítulos de su vida (en 1936 se enroló en Pamplona en el Ejército Nacional y luego en el Requeté, donde combatió hasta el fin de la guerra como alférez provisional en el heroico Tercio de Navarra); en un volver a atar los hilos del tapiz de su vida del que -como en las vidas de todos- sólo Dios conoce, además del «revés de la trama», el envés del tapiz. En cuanto al libro mismo, el autor indicó que lo había escrito «de un tirón», y que era -y es- la explicación a una importante vivencia: la de haber visto morir a muchos compañeros en la Cruzada. Explicación -continuó diciendo-: «Que no pretendo sea la Verdad (no me considero padre de la Iglesia)». Este libro, en confesión de su autor, «tiene muchos rincones». Han de leerse atentamente sus breves y brillantes capítulos enlazados a través del tiempo: del pasado, en una «Retrospectiva» sobre la necesidad de la guerra española de 1936-1939 y de su carácter de Cruzada; del presente, en la «Perspectiva», respecto a la legitimidad del poder, al deber de obediencia y a la violencia, esencial para el orden, y, del tiempo futuro, en «Prospectiva», que contempla la unidad del mundo; la crisis del Estado, en la teoría y en la realidad, bajo el avance dominante de las multinacionales y de una sinarquía viva y actuante, y de los puntos básicos para un futuro orden de libertad. Respecto a esta tercera parte (que proyectaba, para un futuro previsible en 1957, el resultado de la convivencia de los vendedores de la II Guerra Mundial, es decir, del comunismo marxista y el capitalista), el autor no ha creido necesario -y el lector atento le dará la razón- modificar nada, por entender que los cambios estratégicos no han alterado el fondo ético de la actual situación mundial. Hoy el capitalismo parece prevalecer, aunque sin perjuicio de una amplia difusión de teorías marxistas sin consecuencias económicas, pues en nada deben perjudicar, para ser tolerados, los negocios del capital. Es decir, ya no se trata de «capitalismo versus comunismo», sino de una cierta entente. Este libro del gran romanista y pensador d’Ors ha de considerarse como un texto capital de lo que podemos denominar -como hace su autor- una aportación a la Teología política, admirablemente fundamentada y expuesta. Francisco Javier Lizarza |