Actualidad Los carlistas ante el nuevo debate autonómico: Autonomís si, pero de otro modo
Nota de prensa de la Comunión Tradicionalista Carlista
Lunes, 16/04/2012
En estos momentos en que se está pidiendo la supresión de las autonomías la ComuniónTradicionalista Carlista se ve obligada a decir algo a los españoles.

 

Con el lema “Fueros”, mencionado expresamente o incluido en el concepto “Patria”,el Carlismo viene defendiendo las autonomías desde su aparición en la política,en 1833. En el curso de la primera guerra, las potencias del norte preguntarona D. Carlos V si restauraría los Fueros y la Inquisición. La contestación fuepositiva para los primeros y negativa para la segunda.

 

En su Carta-Manifiesto a su hermano D. Alfonso de fecha 30 de junio de 1869, diceD. Carlos VII:

 

Ama el pueblo español ladescentralización, y siempre la amó; bien sabes hermano mío, que si cumplierami deseo, así como el espíritu revolucionario pretende igualar las ProvinciasVascas a las restantes de España, todas éstas semejarían o se igualarían en surégimen interior con aquellas afortunadas y nobles provincias.

 

Esta fue su línea política durante todasu vida que remató en su Testamento Político:

 

Encárgole igualmente (a su Sucesor D.Jaime) que no olvide cuán ligado se halla por mis solemnes juramentos arespetar y defender las franquicias tradicionales de nuestros pueblos. Enlas importantes juras de Guernica y Villafranca, entendí empeñarme, enpresencia de Dios y a la faz de los hombres, por mí y por todos los míos.

El mismo sagrado compromiso hubiera contraído con cada una de las regiones de la patria española,una e indivisible, según ofrecí a Cataluña, Aragón y Valencia, simaterialmente me hubiera sido posible. De esta suerte, identificados y confundidosen todos los españoles dignos de este nombre, su deber de vasallosleales con su dignidad de ciudadanos libres, compenetrados en míla potestad Real y el alto magisterio de primer custodio de laslibertades patrias...

 

Lostradicionalistas seguimos defendiendo la descentralización, teniendo en cuentaque la centralización excesiva ha sido una consecuencia del “espíriturevolucionario” que mencionaba y combatía D. Carlos.

 

Este“espíritu revolucionario” convirtió al Estado en un dios que se entrometía entodas las facetas de la vida de los españoles. Frente a ello el Carlismo havenido defendiendo el lema: “Más sociedad, menos estado”.

 

Las actuales autonomías se han establecido con ese mismo “espíritu revolucionario”y hoy tenemos en vez de uno, diecisiete miniestados que siguen privando a lasociedad de sus atribuciones. Los problemas, que ya veníamos denunciando, de unestado absorbente se han multiplicado por el número de autonomías. Loscarlistas queremos autonomías. Pero no como una multiplicación de nacionesliberales que tiene que terminar en la ruptura de España. Las deseamos como unalibertad de las regiones, provincias y municipios para resolver los problemasque les son propios.

 

Y  no podemos olvidar que España es el conjunto de hombres y tierras unidos por laFe en el mismo Dios y la lealtad al mismo Rey. Eliminados, como ocurre hoy,ambos valores de nuestra vida política, no nos queda como elemento de unión másque la necesidad de la vida común. Necesario pero insuficiente para una vidaexenta de conflictos.

 

El Estado liberal, hijo de la Constitución de Cádiz que tan alabada es hoy, oprimecon su centralismo a los pueblos. Cuando establece autonomías, se convierten encaos, separatismo y ruina económica. Es el Estado liberal el que hay que sustituirpor una Monarquía Cristiana acorde a nuestras tradiciones milenarias.