He trabajado en 13 empresas en mis 50 años de cotizar a la Seguridad Social. Entre ellas dos multinacionales, en suma de 21 años. La primera para España, Portugal y el Magreb territorio que se amplió a Francia e Italia. He viajado por deber a medio planeta y sigo activo. 

He conocido a muchísima gente de gran talla moral, empresarial y humana con la que conservo buenas relaciones personales; es así incluso, y con más fuerza, con aquellos amigos que ya no pueden morirse. De estas personas, de esos viajes, de aquellas responsabilidades y del afán siempre vivo por conocer mi entorno y mi tiempo es de donde supongo que mis experiencias y observaciones podrían ser de utilidad. Especialmente en este siglo en que los media son riquísimos y las opiniones paupérrimas.

Me preocupa la visible degeneración de la fe católica y, consecuentemente, la posible descomposición de la Iglesia. No he sido ni una hora seminarista, ni consagrado a ninguna obra religiosa, pero agradezco a la Compañía de Jesús - aquella de mi edad de estudiante en ICADE - que me enseñara a pensar y "gustar de las cosas internamente".

Someto todas mis reflexiones y opiniones al magisterio tradicional de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, en su unidad de enseñanza, es decir, en lo mismo que se ha creído por todos los bautizados, en todas partes y en todos los tiempos.