
Manuela Asensio, a través de su documentada y rigurosa tesis, demuestra que el movimiento carlista no sólo es cosa de vascos, navarros o catalanes. Como en tantos otros terrenos si el carlismo castellano-manchego no aparecía reflejado o lo hacía marginalmente no era porque su presencia en la región fuera marginal sino, simple y llanamente, porque no se había estudiado. Por esta razón este libro merece ser leído no sólo por los especialistas sino por todos aquellos que estén interesados en saber y conocer algo más de nuestro pasado puesto que marcó nuestro posterior devenir histórico. Por fin cubrimos una laguna esencial del pasado regional.
El contenido del estudio se centra en el análisis de las tres guerras civiles que el movimiento carlista protagonizó (1833-1840, 1847-1848 y 1868-1875). Por lo tanto nos encontramos ante un estudio que abarca, por un lado, el ámbito regional y, por otro, un marco cronológico completo. Además se realiza de una manera ágil, clara y bien estructurada. Comienza la autora contextualizando adecuadamente el fenómeno carlista. Tras él, la autora divide la obra en dos grandes apartados. En el primero analiza con minuciosidad las partidas carlistas y lo hace siguiendo un esquema provincial. En el segundo y el más logrado desde mi punto de vista es en el que se trata de la organización del carlismo no sólo militar sino políticamente. El estudio de los bandos y publicaciones carlistas, la acción proselitista del movimiento, la represión del mismo y, ante todo, la aproximación sociológica al movimiento carlista son temas imprescindibles y con importantes aportaciones. En esta parte, la más extensa, Manuela Asensio realiza sus más importantes aportaciones.
Ángel Ramón del valle Calzado, profesor de historia de contemporánea, UCLM, Ciudad Real, tomado de diario ABC del 17/10/2011 en su edición de Toledo