Reproducimos un pequeño reportaje que el periódico el Heraldo de Aragón publicó en 1929 sobre la figura de don Florencio Mascarey uno de esos miles de carlistas desconocidos que en defensa de un ideal supieron entregar toda una vida. El texto concluye con una carta que don Emilio Colás dirige al alcalde de Zaragoza pidiendo un favor para el lel carlista.
Corren los años de 1850 al 52. En Zaragoza hay un muchachito -Florencio Mascarey Fauquier- que vive con sus padres en la calle de Predicadores. Florencio es aprendiz de sastre. Pero mal sienta el oficio sosegado y tranquillo a su temperamento belicoso. El muchachito se quema ya en la hoguera de un ideal, no bien definido todavía. ¿Carlista? ¿Republicano…? El no puede precisarlo entonces… Sólo sabe que por sus venas corra una sangre generosa que está bien dispuesta al sacrificio. Siente ansias de lucha, en una palabra, y es que la época, con todo su romanticismo, le ha inflamado un bello espíritu de redención.
Conocer másCavero y Álvarez de Toledo, Francisco ![]() (Fuente: GEA- Gran Enciclopedia Aragonesa)
|
Biografías >